BIBLIOTECOLOGOS COOPERACION

Por su parte Yuren (1995) propone iniciar un cambio desde la práctica docente con educación en valores, orientados a la practica de la democracia social, no electorera, esa no es mas que demagogia que nos venden los gobiernos, esa es democracia a conveniencia. La democracia social la que se crea desde el pueblo, la que tiene un sentido social de equidad, es aquella que defiende el desarrollo individual, pero con una conciencia de la existencia del otro en una sociedad en común acuerdo de convivencia. La urgencia de esta educación en América latina nos lleva no al discurso si no a la acción, desde nuestras trincheras.

La aplastante globalización de la que nadie nos preguntó si queríamos que se conviniera, nos a llevado a consecuencias desastrosas en todos los sentidos , no solo en lo económico, en perdida de valores, de cohesión social, especialmente en las regiones más marginadas de los países latinoamericanos, debido a que el campo latinoamericano no produce al ritmo de las potencias económicas. El empobrecimiento del campo no ha permitido el desarrollo educativo de sus integrantes, dando como resultado un inestable y diferenciado desarrollo educativo en el país, concentrando la riqueza en las grandes ciudades. Esto se vuelve un circulo vicioso ya que al regresar el ciclo nos damos cuenta que el resultado final de este circulo es la inestabilidad económica y social.

Una democracia real, la decidida desde el pueblo es aquella que como señalan Hijar Serrano (2001), con lleva la “participación conciente responsable de sujetos de derecho” sobre todo con conciencia y es aquí en donde entra la educación. Hasta ahora lo único que observamos en las políticas educativas, en los programas y en las aulas es el desarrollo de la ideología dominante la del capitalismo, manipulada desde el Estado. Orientados al consumismo y al individualismo y a la acumulación del capital por unos cuantos, inequidad de oportunidades, y una sociedad desvalorizada y desarticulada. Una democracia perfecta es urgente en la sociedad latinoamericana que se construya no desde el Estado , si no desde la sociedad para la sociedad , desde la educación básica, conformando materias transversales en todos los niveles que creen sujetos concientes de su generalidad (Yuren, 1995), y de su potencial proyección a la cohesión social, ya que estamos convencidos que esto coadyuvara al desarrollo social equilibrado, económico, con instituciones justas y éticas en su aplicación social más amplia de todos los países mal llamados del tercer mundo o subdesarrollados.